En un juicio federal en Estados Unidos, el expresidente hondureño Juan Orlando Hernández fue declarado culpable de conspirar con narcotraficantes para facilitar el ingreso de toneladas de cocaína al país. Después de una investigación de dos semanas, el jurado emitió su veredicto y condenó a Hernández, de 55 años, a cadena perpetua. La sentencia final la determinará el juez Kevin Castel en una fecha posterior.
Tras conocer la decisión, el canciller hondureño, Enrique Reina, publicó la frase «iustitiae factum est» (Se ha hecho justicia) y el presidente del Congreso, Luis Redondo, mencionó «Justicia para Honduras» en respuesta a la decisión del juez.
Honduras recibió asistencia antinarcóticos y de seguridad de Estados Unidos durante su mandato, pero el Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó a Hernández de convertir al país en un «narcoestado» y aceptar sobornos para proteger los envíos de cocaína a Estados Unidos.
Hernández fue arrestado y extraditado en 2022 y no refutó los cargos de tráfico de drogas y posesión de armas. En el juicio en Manhattan, varios traficantes testificaron sobre sobornos al expresidente.
A pesar de presentar a Hernández como un defensor de la lucha contra las drogas, ha sido acusado de proteger a destacados traficantes como «El Chapo» Guzmán. Su hermano y otros compañeros también fueron condenados. El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha expresado su compromiso de desmantelar las redes de narcotráfico que afectan al público estadounidense, subrayando que ningún individuo está por encima de la ley.