viernes, abril 25

Elecciones 2025 en Honduras: ¿hay salida a la incertidumbre?

La cercanía de los comicios generales en Honduras, programados para el 30 de noviembre de 2025, anticipa un panorama político complicado e incierto. La nación está atravesando un período importante, marcado por tensiones en las instituciones y una creciente división, lo cual pone en riesgo la solidez del proceso democrático.

El cambio en la cúpula nacional, que tendría que desenvolverse de manera habitual, está empañado por señalamientos de fraude, malversación de fondos públicos, fragilidad institucional y preocupaciones sobre una posible tendencia autoritaria por parte del partido en el poder, LIBRE.

Entorno político dividido y falta de confianza de la población: elementos importantes

El territorio está dividido entre tres grupos políticos predominantes. LIBRE, con Rixi Moncada como su aspirante oficial, actúa bajo la dirección de Manuel Zelaya. El Partido Nacional, encabezado por Nasry Asfura, intenta recuperar la confianza perdida después de dejar el poder en 2021. El Partido Liberal, liderado por Salvador Nasralla, se esfuerza por ser visto como una alternativa centrista. La población, mientras tanto, muestra un aumento en la desconfianza hacia el sistema electoral, las instituciones y los partidos políticos.

Diversos factores clave contribuyen a alimentar la incertidumbre. Por un lado, el control parcial del Consejo Nacional Electoral (CNE) por parte de magistrados cercanos al partido en el poder genera preocupación sobre la imparcialidad del organismo; lo que se suma a las denuncias de fraude en las elecciones primarias de marzo, tanto dentro como fuera del Partido LIBRE, que señalan irregularidades en la designación de Rixi Moncada como candidata. Además, el uso de recursos estatales, como subsidios y contratos públicos, para promover la imagen del oficialismo también genera controversia.

De acuerdo con lo observado en el malestar general, la implicación de las Fuerzas Armadas en las elecciones preliminares ha generado inquietud respecto a su posible influencia en las elecciones generales. Por último, las fricciones diplomáticas con Estados Unidos y la relación cercana con países como Venezuela y Nicaragua han creado dudas internacionales sobre la estabilidad democrática del país.

Perspectivas y desafíos en el futuro electoral de Honduras

Los sondeos más actuales indican que gran parte de los ciudadanos en Honduras no se sienten identificados con ninguno de los aspirantes a la presidencia y temen que el proceso electoral esté manipulado desde el comienzo. Podría haber un notable abstencionismo, a menos que los líderes políticos y el CNE aseguren un proceso claro, inclusivo y monitoreado por observadores tanto nacionales como internacionales.

En los ocho meses antes de los comicios, se anticipa un incremento en los enfrentamientos en los medios entre partidos políticos, la expansión de campañas negativas y desinformación en plataformas sociales, esfuerzos para modificación legal o coerción institucional en favor de ciertas agrupaciones políticas, manifestaciones públicas si se percibe manipulación o ausencia de garantías en las votaciones y una gran tensión durante la jornada electoral y el recuento de votos siguiente.

El país se enfrenta a un momento crucial en el que no solo se decide la presidencia, sino también el rumbo de su democracia. La capacidad de las instituciones para resistir la presión y garantizar una transición limpia determinará si Honduras se sumerge en una crisis política que deslegitime los resultados y abra la puerta al autoritarismo. El tiempo apremia y el futuro del país depende de la ciudadanía y la voluntad de sus líderes para respetar las reglas democráticas.