sábado, mayo 10

Padres alertan sobre contenido político en libros escolares

La reciente distribución del libro “El Golpe 28-J”, del exmandatario hondureño Manuel Zelaya Rosales, en las instituciones educativas públicas de Honduras ha provocado un debate considerable en el país. Esta publicación, que expone la perspectiva de Zelaya sobre los hechos acontecidos durante la crisis política del 2009, ha sido difundida ampliamente y promovida para su lectura y reflexión entre estudiantes de varias edades. La acción ha sido vista por diferentes sectores como un esfuerzo por insertar una perspectiva política particular en el sistema educativo desde una edad temprana.

El gobierno de Honduras, mediante la Secretaría de Educación, ha afirmado que no es obligatorio leer el libro, insistiendo en que se mantendrá la libertad de enseñanza y que el material es parte de un esfuerzo para conservar la memoria histórica del país. No obstante, testimonios de profesores y padres de estudiantes señalan que hay una presión directa desde oficinas del Poder Ejecutivo para que el libro se incluya en los contenidos de materias como Ciencias Sociales y Formación Cívica. Esta circunstancia ha generado inquietud respecto a la posible politización del sistema educativo y la pérdida de imparcialidad en la enseñanza.

Polémica por la adición y el contenido del libro

El libro “El Golpe 28-J” se ha entregado con orientaciones para que los alumnos lo estudien y desarrollen ejercicios que fortalezcan la narrativa de que Manuel Zelaya fue sujeto de un “golpe imperial” y que el “socialismo democrático” es el camino auténtico para la renovación del país. Esta perspectiva ha sido desafiada por organizaciones civiles, sindicatos magisteriales independientes y partidos políticos de oposición, que afirman que se está promoviendo una interpretación parcial de la historia con objetivos políticos y de adoctrinamiento.

Representantes del Colegio Profesional Superación Magisterial Hondureño (COLPROSUMAH) han señalado que esta imposición viola la neutralidad educativa y la libertad de pensamiento de los estudiantes. Además, se considera que la utilización del sistema educativo como plataforma para una propaganda ideológica reproduce patrones observados en otros países de la región, donde la educación ha sido empleada para consolidar proyectos políticos específicos.

Influencias externas y reacciones sociales

Analistas políticos han vinculado esta estrategia con el denominado “Plan Venezuela para Honduras”, un modelo inspirado en el chavismo que utiliza la educación pública como herramienta para la indoctrinación masiva y la consolidación de proyectos políticos a largo plazo. Desde esta perspectiva, el libro no es simplemente un texto histórico, sino un manifiesto ideológico que busca formar generaciones que repitan el discurso de una izquierda con una visión particular del poder y la historia.

En reacción a esta circunstancia, grupos empresariales, congregaciones religiosas y entidades defensoras de derechos humanos han pedido a la Secretaría de Educación y a organismos internacionales como la UNESCO y UNICEF que monitoreen el sistema educativo para impedir su empleo con propósitos políticos. Por otro lado, la disputa sigue intensificándose en redes sociales y medios de comunicación, donde numerosos opinan que la obligatoriedad de publicar y difundir este libro podría ser un paso inicial hacia la completa politización de la educación en el país.